Intervención grupal

Hay dificultades que se abordan mejor en grupo. No porque el grupo «cure», sino porque ofrece algo que no puede encontrarse en la consulta individual: la posibilidad de observarse en los otros, contrastar vivencias, compartir estrategias y comprobar que no eres el único o la única a la que le pasa eso.

En los grupos terapéuticos con adolescentes trabajamos distintos aspectos del malestar emocional y de las habilidades personales en un espacio cuidado, con reglas claras y acompañamiento profesional constante. El grupo no sustituye a la intervención individual cuando esta es necesaria, pero en muchos casos la complementa y permite agilizar, mediante la aplicación práctica, los cambios y aprendizajes adquiridos en consulta.

¿Para quién está pensado?

La intervención grupal está indicada para:

 

  • Adolescentes con dificultades para integrarse en su grupo de iguales.
  • Adolescentes que se aíslan, no se sienten comprendidos o no encuentran espacios donde hablar con libertad.
  • Chicos y chicas con una autoestima frágil, que dudan constantemente de sí mismos y se comparan de forma negativa con los demás.
  • Adolescentes que atraviesan cambios personales (separaciones familiares, mudanzas, cambio de centro escolar) y necesitan reorganizar su mundo emocional.
  • Adolescentes que no tienen claro lo que les pasa, pero intuyen que compartir su experiencia con otros puede ayudarles a comprenderla mejor.

¿Qué trabajamos?

Los objetivos varían dependiendo del grupo, pero indicados algunas cuestiones a modo de ejemplo:

 

  • La forma en que cada uno se percibe y se relaciona con su entorno.
  • Las emociones difíciles de nombrar o de sostener: tristeza, rabia, vergüenza.
  • El miedo a hacer el ridículo, a decepcionar o a no estar a la altura.
  • La tendencia a esconder lo que se siente por miedo a ser juzgado o malinterpretado.
  • La manera en que se interpretan los conflictos, los rechazos o las críticas.

 

Cada grupo tiene una estructura y un ritmo propios, adaptados a la edad, la madurez y las características de sus integrantes. No es un espacio de charla libre ni tampoco un aula. Es un entorno en el que se fomenta la participación, el respeto y la exploración de esas cosas que tanto cuestan.

¿Cómo nos organizamos?

En grupos reducidos (entre 3 y 5 adolescentes). Esto nos permite mantener una intervención ajustada en un espacio lo suficientemente amplio como para que surjan diferentes puntos de vista.

Antes de acceder a un grupo, realizamos una entrevista con la familia y una valoración individual con el adolescente. No se trata solo de comprobar si encaja en el grupo, sino de tener la seguridad de que este formato le será útil y está en condiciones de beneficiarse del trabajo colectivo. En algunos casos, proponemos intervención individual previo o paralela.

La participación en grupo no obliga a compartirlo todo. Cada persona decide cuánto cuenta y cuándo. Lo que sí pedimos es disposición a escuchar a los demás y a implicarse en el proceso con respeto. A veces, es más útil lo que se escucha que lo que se dice.

Si buscas un espacio donde practicar habilidades en grupo, consulta nuestros talleres de habilidades sociales.