Taller de habilidades sociales
Un taller de habilidades sociales es un espacio terapéutico y educativo diseñado para ayudar a niños y adolescentes a desarrollar las competencias necesarias para relacionarse de manera adecuada con los demás: expresar emociones, resolver conflictos, iniciar o mantener conversaciones, trabajar en grupo, poner límites y respetar los de otros, entre otros aprendizajes.
A través de dinámicas grupales, juegos dirigidos y reflexiones adaptadas a su edad, los participantes practican nuevas formas de comunicarse, comprender al otro, regular sus emociones y comportamientos y responder de forma adaptativa a las distintas situaciones.
¿Por qué trabajar las habilidades sociales?
- No saben cómo iniciar una conversación o un juego.
- Se frustran fácilmente o reaccionan con agresividad.
- Tienen dificultad para aceptar normas o turnos.
- No comprenden las bromas o el lenguaje no verbal.
- Se aíslan o no logran mantener amistades.
- Se sienten incómodos en grupo o se exponen demasiado.
Un taller de habilidades sociales ofrece un entorno seguro donde pueden practicar, equivocarse, recibir retroalimentación y volver a intentarlo, todo bajo la guía de un profesional.
¿A quién está dirigido?
🔹 Niños de 4 a 6 años
- Aprender a compartir, esperar turnos, usar palabras para resolver conflictos.
- Reconocer emociones propias y ajenas.
- Participar en juegos cooperativos.
🔹 Niños de 7 a 11 años
- Afrontar la frustración y el fracaso.
- Resolver conflictos sin agresión.
- Hacer peticiones, decir «no» con respeto, manejar bromas.
- Comprender las reglas sociales implícitas (espacio personal, tono de voz, etc.).
🔹 Adolescentes
- Manejo de la presión del grupo.
- Asertividad en situaciones difíciles.
- Desarrollo de empatía y escucha activa.
- Gestión de emociones en relaciones más complejas (amistades, pareja, redes sociales).
¿Qué se hace en un taller?
- Role playing (dramatizaciones de situaciones cotidianas).
- Juegos cooperativos con normas sociales claras.
- Actividades de reconocimiento emocional y comunicación no verbal.
- Algunas tareas para aplicar lo aprendido fuera del taller (en casa, colegio).
- Espacios para reflexionar y compartir experiencias, siempre respetando el ritmo y la participación voluntaria.
No es una «clase teórica» sobre cómo portarse bien. Es una experiencia vivencial donde se aprende haciendo, observando, corrigiendo y ensayando nuevas formas de estar con los otros.
¿Qué dice la evidencia científica?
- El entrenamiento en habilidades sociales es uno de los enfoques más estudiados y validados en psicología infantil y adolescente. Se ha demostrado su eficacia en niños con TDAH, TEA, trastornos de ansiedad, y también en niños sin diagnósticos clínicos pero con dificultades relacionales (Spence, 2003; Gresham & Elliott, 2008).
- La clave está en que sea vivencial, grupal y guiado por profesionales, no solo explicativo.
- Programas bien diseñados muestran mejoras en: resolución de conflictos, autoimagen, integración escolar y relaciones familiares (Bellini et al., 2007).
- Se ha encontrado que los beneficios aumentan cuando hay colaboración con la familia y la escuela, y cuando se prolonga la intervención en el tiempo, con oportunidades de práctica reales.