Intervención psicológica infantil
La intervención psicológica infantil es el proceso por el cual un psicólogo especializado acompaña a un niño o niña en la comprensión y manejo de sus emociones, pensamientos y comportamientos.
No se trata de «arreglar» al niño ni de convertirlo en alguien que no es, sino de ayudarle a sentirse mejor consigo mismo, entender lo que le pasa y desarrollar herramientas para afrontar lo que le cuesta. Siempre se trabaja en conexión con su entorno más cercano: la familia y, cuando es necesario, la escuela.
¿Cuándo es recomendable?
- Cambios bruscos en el comportamiento: aislamiento, rabietas intensas, pérdida de interés por lo que antes disfrutaba.
- Miedos persistentes o ansiedad que interfiere en su vida diaria.
- Dificultades en el control de impulsos o agresividad frecuente.
- Tristeza mantenida, baja autoestima, expresiones de autodesvalorización.
- Problemas para dormir, comer o separarse de los padres.
- Duelos, separaciones, acoso escolar u otros eventos estresantes.
A veces los padres intuyen que «algo no va bien», aunque no sepan decir exactamente de que se trata. Escuchar esa intuición puede evitar que el malestar del niño se cronifique.
¿Cómo es el proceso?
- Entrevista inicial con la familia: se recogen antecedentes, historia del desarrollo, motivo de consulta y visión de los adultos cercanos.
- Evaluación psicológica: a través del juego, la observación y herramientas específicas, el profesional explora cómo está el niño emocional, cognitiva y relacionalmente.
- Devolución a los padres: se comparte la mirada profesional sobre lo que le ocurre al niño y se propone un plan de intervención.
- Sesiones con el niño: se trabaja directamente con él o ella, usando técnicas adaptadas a su edad (juego, dibujo, cuentos, metáforas, diálogo, etc.).
- Acompañamiento familiar: periódicamente se revisan los avances con la familia, se resuelven dudas y se ajustan pautas de apoyo en casa.
- Seguimiento y cierre: cuando los objetivos se han alcanzado, se cierra el proceso de forma cuidada y progresiva.
¿En qué se diferencia según la edad?
El juego simbólico, los cuentos y la expresión corporal son herramientas clave. A esta edad, muchas emociones se expresan a través de la conducta. La intervención suele ser breve, centrada en el niño pero muy apoyada en orientación a los padres.
🔹 En edad escolar (6 a 11 años)
Los niños ya pueden hablar sobre lo que sienten, pero aún piensan de forma concreta. Se trabaja con técnicas como el dibujo, el uso de escalas emocionales, ejercicios de respiración, entrenamiento en habilidades sociales, etc. La alianza con la familia y, si es necesario, con la escuela, es fundamental.
🔹 En la adolescencia temprana (12 a 14 años)
El adolescente necesita sentirse respetado y comprendido. El espacio terapéutico se convierte en un lugar para pensar sobre sí mismo, su identidad, sus relaciones y su mundo interno. El profesional combina escucha, psicoeducación y técnicas adaptadas a su nivel de desarrollo.
¿Qué no es la intervención psicológica?
- No es «psicoanálisis para niños» en el sentido tradicional ni una «charla» semanal sin objetivos.
- Tampoco es reeducación escolar, ni una solución mágica para eliminar conductas incómodas.
- No sustituye el papel de los padres, sino que lo complementa y fortalece.
- No siempre implica un diagnóstico, pero sí una comprensión profunda del malestar.
A veces los padres intuyen que «algo no va bien», aunque no sepan decir de qué se trata. Escuchar esa intuición puede evitar la cronificación del malestar. Conoce más sobre nuestras evaluaciones psicológicas infantiles.