Estimulación cognitiva

¿Qué es la estimulación cognitiva?

La estimulación cognitiva hace referencia al conjunto de actividades y técnicas orientadas a mantener o mejorar nuestras habilidades mentales (memoria, atención, concentración, lenguaje, etc.) a lo largo del tiempo; algo así como ejercitar el cerebro para que se mantenga en forma, proporcionando a nuestra mente un entrenamiento regular para que siga activa y despierta.

El cerebro mantiene su capacidad de adaptarse y formar conexiones nuevas durante toda la vida, siempre y cuando lo ejercitemos. Este fenómeno (conocido como plasticidad cerebral) significa que, a cualquier edad, nuestro cerebro puede fortalecer sus circuitos si le proporcionamos los estímulos adecuados. Por eso, la estimulación cognitiva aporta enormes beneficios a cualquier edad​, ayudándonos a conservar la agilidad mental y a sentirnos más seguros de nuestras capacidades.

¿A quién puede ayudar?

La estimulación cognitiva está indicada para un abanico muy amplio de condiciones. Por supuesto, es muy útil para adultos mayores que desean mantener su mente activa y frenar el deterioro asociado a la edad​. De hecho, las investigaciones neuropsicológicas muestran que las dificultades de memoria vinculadas al envejecimiento tienen solución, ya que la práctica regular de ejercicios mentales mejora el funcionamiento de la memoria​. Mantener la mente entrenada puede ayudar a ralentizar el declive cognitivo propio del paso del tiempo e incluso de enfermedades como el Alzheimer, tal como han revelado diversos estudios científicos.

Pero no solo las personas mayores se benefician de esta estimulación. También ayuda a adultos jóvenes que se enfrentan a situaciones complejas. Por ejemplo, alguien que ha pasado por una época de mucho estrés o ha afrontado una patología grave puede notar que su memoria o concentración ya no son las de antes –en estos casos, los ejercicios cognitivos pueden servir de apoyo para recuperar agilidad mental. Del mismo modo, tras un periodo de baja por un accidente o una lesión cerebral (como un ictus), la estimulación cognitiva forma parte de la rehabilitación para recuperar las funciones afectadas. E incluso quien no tenga ningún problema específico puede aprovecharla: cualquier persona que simplemente quiera potenciar su agilidad mental o prevenir esos despistes cotidianos puede encontrar útil este tipo de entrenamiento. En resumen, la estimulación cognitiva está abierta a todos los adultos que deseen cuidar y ejercitar su mente, sin importar su edad o situación personal.

¿Cómo trabajamos?

Lo más importante para nosotros es que te sientas cómodo/a, comprendido/a y acompañado/a. Nos adaptamos a tus preferencias, nivel y ritmo. Ajustamos cada ejercicio para que nunca resulte ni demasiado fácil (lo que podría aburrirte) ni demasiado difícil (lo que podría desanimarte)​. El objetivo es encontrar el punto justo donde la actividad realizada suponga un reto ameno: que ejercites tu mente casi sin darte cuenta, en un entorno de confianza y mucha motivación.

Las actividades que realizamos son muy variadas y las elegimos teniendo en cuenta tus intereses y necesidades. Podemos, por ejemplo, conversar sobre tus recuerdos o sobre temas de actualidad, jugar con las palabras (sopas de letras, crucigramas, juegos de lógica), resolver puzles o acertijos o escuchar música juntos. Incluso, si te apetece, realizamos alguna tarea cotidiana como cocinar una receta sencilla o cuidar las plantas​. Todas estas propuestas, además de entretener, están pensadas para estimular diferentes funciones del cerebro – la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento, la orientación, entre otras – y así ayudarte a mantenerlas activas.

En todo este proceso, nuestro objetivo es que te sientas y apoyado/a y no evaluado. Queremos que avances a tu propio ritmo, celebrando contigo cada pequeño progreso. Al fin y al cabo, se trata de acompañarte en el camino de mejorar o preservar tus capacidades cognitivas para que poco a poco recuperes la confianza y seguridad en ti mismo. Nuestro mejor momento es cuando decides emprender el camino por ti solo o sola.

Estimular la mente es algo más que hacer una rutina de ejercicios: es adaptar las actividades a lo que necesitas en ese momento y centrarnos en funciones concretas que te ayuden a recuperar la seguridad en ti mismo.