Estrés y estrés postraumático
El estrés se manifiesta cuando las exigencias de una situación sobrepasan los recursos que creemos tener para afrontarlas. Si el estrés se prolonga en el tiempo, termina cronificándose, con graves efectos sobre nuestra salud física y mental.
En los casos más severos —tras un evento traumático o ante situaciones que, sin ser traumáticas per se, generan continuo malestar— puede desarrollarse el llamado «estrés postraumático». Este se caracteriza por recuerdos intrusivos, hipervigilancia, alteraciones del sueño y evitación de estímulos relacionados con el trauma.
La terapia te ayuda a:
- Identificar las fuentes de estrés, internas y externas, que están repercutiendo sobre tu vida.
- Reconocer tus señales de alerta, aprendiendo a detectar cuándo tu cuerpo y tu mente reaccionan ante una sobrecarga o una amenaza percibida.
- Aprender estrategias de regulación emocional y gestión del estrés, como técnicas de respiración, relajación, mindfulness y manejo del tiempo.
- Modificar patrones de pensamiento negativos o exigentes, que pueden intensificar la sensación de agobio.
- Procesar experiencias traumáticas, en el caso del estrés postraumático, elaborando los recuerdos dolorosos en un entorno seguro.
- Reducir la hipervigilancia y la reactividad emocional
- Reforzar tu capacidad de resiliencia ante situaciones complicadas para recuperar las riendas de tu vida.