Intervención grupal
La intervención grupal es un formato terapéutico en el que varios niños o adolescentes participan juntos, guiados por un profesional, para trabajar aspectos emocionales, conductuales o relacionales en un espacio seguro y estructurado.
A través del grupo, los menores no solo aprenden contenidos o habilidades, sino que experimentan relaciones, ensayan nuevas formas de expresarse, se sienten reflejados en otros y descubren que no están solos en lo que les pasa. El grupo se convierte en un «laboratorio social» donde practicar y reparar vínculos, con el acompañamiento de un terapeuta que estructura, contiene y facilita.
¿Cuándo es útil este formato?
- Habilidades sociales y resolución de conflictos.
- Regulación emocional.
- Autoestima y seguridad personal.
- Ansiedad social o retraimiento.
- Conductas impulsivas o dificultades de convivencia.
- Integración tras situaciones de exclusión, acoso o cambios importantes.
También es muy útil como intervención complementaria de un proceso individual, o como espacio de prevención y fortalecimiento personal en niños sin diagnóstico pero con vulnerabilidades emocionales.
¿Qué se hace en una intervención grupal?
- Juegos cooperativos: para promover la interacción, el respeto de turnos, la ayuda mutua.
- Dinámicas emocionales: reconocer lo que sienten, ponerle nombre, identificar emociones en otros.
- Escenarios sociales simulados (role playing): cómo pedir ayuda, cómo resolver un conflicto, cómo decir «no» con respeto.
- Reflexión guiada: compartir experiencias en grupo, aprender de lo vivido, reconocer avances y dificultades.
- Actividades creativas: dibujo, movimiento, dramatización, materiales manipulativos que favorezcan la expresión simbólica y la comunicación.
La intervención grupal no es improvisada ni caótica: cada sesión tiene objetivos claros y una estructura previsible, que genera seguridad y pertenencia. El rol del terapeuta es clave: observa, regula, modela, y crea un entorno donde todos los niños puedan participar desde su singularidad.
Diferencias por edad
A esta edad, el grupo sirve como espacio para aprender a estar con otros: compartir, esperar turnos, pedir ayuda, expresar emociones con palabras. Se usa mucho el juego simbólico, la psicomotricidad, los cuentos y las canciones.
🔹 Niños de 7 a 11 años
El trabajo grupal se centra en la empatía, el diálogo, la cooperación y la resolución de conflictos. Los niños ya tienen más lenguaje y capacidad de reflexión, pero siguen necesitando el juego como vía de aprendizaje. Se incorporan actividades estructuradas con más normas y momentos de metacognición: “¿Qué me ha pasado? ¿Cómo lo hice? ¿Qué podría hacer diferente?”.
🔹 Adolescentes
En esta etapa, el grupo puede funcionar como espacio de identificación y validación mutua, ayudando a los chicos y chicas a hablar de sí mismos, construir una imagen propia más sólida y trabajar la pertenencia sin perder su individualidad. Se abordan temas como la autoestima, las relaciones de amistad o pareja, los cambios corporales, la toma de decisiones y la gestión de emociones complejas, siempre con respeto y confidencialidad.
¿Qué beneficios aporta?
- Sentirse parte de un grupo sin presión.
- Mejorar la expresión emocional y la escucha activa.
- Aprender estrategias nuevas al observar a otros.
- Experimentar relaciones más sanas y seguras.
- Reforzar habilidades que luego pueden trasladarse a otros contextos (escuela, familia, actividades sociales).
Además, el grupo ayuda a descentrarse: al escuchar lo que viven otros, el niño puede ampliar su perspectiva, desarrollar empatía y generar vínculos.
Nuestros campamentos, con grupos muy reducidos y dirigidos siempre por psicólogos, logopedas y asistentes sociales son el lugar indicado para reforzar durante el verano los aprendizajes adquiridos.