La toma de decisiones

Entrevistador pregunta sobre estilo de decisiones; candidata responde ‘ecléctica’

La toma de decisiones

¿Cuál dirías que es tu estilo a la hora de decidir?

Un conocido experimento del neuropsicólogo Elkhonon Goldberg es tan sencillo como revelador. Se trata de una adaptación del conocido Cognitive Bias Task. En este ensayo, se muestran tres figuras a los participantes, una de las cuales es la llamada «diana». Tras observarla, deben elegir la forma que «más les gusta» de las otras dos. A simple vista parece un ejercicio trivial: no hay respuestas correctas ni incorrectas, ni asociaciones previas que puedan influir. Todo parece depender de las preferencias personales.

Lo que los sujetos desconocen es que hay solo dos posibles estrategias para tomar esa decisión. La primera consiste en basarse en las propiedades de la figura diana: su forma, sus proporciones, sus colores. En este caso, la elección es dependiente del contexto, porque varía según los estímulos que se presentan. La segunda opción se apoya en las preferencias personales estables,  por lo que el sujeto elije siempre la figura que le resulta más atractiva, con independencia de la diana. Este estilo se conoce como independiente del contexto.

El experimento, repetido múltiples veces con variaciones en las figuras, permite identificar la estrategia cognitiva que cada persona tiende a utilizar cuando se enfrenta a situaciones de incertidumbre.

Estrategias cognitivas y estilos de toma de decisiones

Aquí surge una cuestión fascinante para la psicología: ¿qué nos dice esta preferencia sobre nuestra manera de afrontar la vida?

En términos psicológicos, la estrategia dependiente del contexto puede asociarse con una mayor flexibilidad cognitiva. Las personas que la adoptan acostumbran a ajustar sus elecciones en función del entorno y de las condiciones cambiantes. Perciben los pequeños detalles y modifican su comportamiento en consonancia. Quienes muestran un estilo independiente del contexto mantienen sus criterios sin que las circunstancias externas alteren demasiado sus decisiones. Esto puede reflejar una mayor  coherencia interna, pero también cierta rigidez.

Desde un punto de vista clínico, ninguno de los estilos es bueno o malo per se. Lo importante es la capacidad de alternar entre uno u otro según lo exija la situación. La rigidez excesiva (actuar siempre igual sin importar lo que pasa alrededor) puede derivar en dificultades de adaptación. Y la excesiva dependencia del contexto (cambiar constantemente según las circunstancias) puede traducirse en una pérdida de referencia interna o revelar falta de confianza en uno mismo.

¿Influye el género en la forma de decidir?

Los resultados del experimento de Goldberg mostraron una diferencia interesante entre hombres y mujeres. En situaciones ambiguas, las mujeres tendían a adoptar un estilo independiente del contexto, mientras que los hombres se inclinaban por el estilo dependiente del contexto. Sin embargo, esta diferencia desaparecía cuando se trataba de tomar decisiones con una única respuesta correcta, lo que sugiere que el género puede influir en las estrategias cognitivas en condiciones de ambigüedad, pero no cuando existe una certeza.

Cabe destacar que estos resultados indican tendencias generales y no deben tomarse como reglas fijas. Hay mujeres altamente dependientes del contexto y hombres con una marcada independencia. En psicología, es importante entender la variabilidad individual y evitar estereotipos que limiten la comprensión de la conducta humana.

Carmen y Diego: dos estilos opuestos

Ilustremos ambos estilos con un ejemplo práctico:

Imaginemos que Carmen y Diego son dos consultores cuyos ingresos fluctúan cada mes en función de resultados.

  • Carmen, con un enfoque independiente del contexto, ha establecido un sistema estable: ahorra un 5% de sus ingresos todos los meses, tiene un presupuesto máximo para la compra en el super y siempre reserva sus vacaciones para julio, con independencia de cómo le haya ido financieramente.
  • Diego, con un enfoque dependiente del contexto, decide cuánto ahorra en función de si ese mes ha cobrado o no un bonus. Si le ha ido bien, se permite una cena opípara para celebrarlo. Si no ha cumplido objetivos, se aprieta el cinturón y Santas Pascuas. Por lo general, planifica las vacaciones según su carga de trabajo.

¿Quién toma mejores decisiones? La respuesta es: depende. Ambos estilos pueden ser útiles o problemáticos según el momento vital y las circunstancias. La clave está en la capacidad de alternar entre ellos.

Entre la flexibilidad y la coherencia

En psicoterapia es frecuente observar cómo estos estilos influyen en la vida adulta. Las personas con una fuerte independencia del contexto pueden experimentar menos ansiedad en entornos caóticos porque confían en sus criterios internos. Sin embargo, pueden mostrar rigidez cuando la situación requiere adaptabilidad. Por otro lado, las personas con alta dependencia del contexto pueden ser muy empáticas y sensibles al entorno, pero a veces sienten que pierden el control sobre su vida porque reaccionan en exceso a factores externos.

El equilibrio entre ambos estilos es un predictor clave de bienestar psicológico. Desarrollar la capacidad de elegir cuándo ser flexibles y cuándo mantenernos firmes es una habilidad que podemos trabajar en terapia.

¿Cómo te definirías tú? La próxima vez que tengas que tomar una decisión, pregúntate: ¿estoy actuando según mis prioridades y preferencias o en función de las circunstancias? Tener clara tu motivación ayudará a tener una mejor perspectiva de por qué actúas como actúas.