Depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo. Afecta a la forma en cómo una persona se siente, piensa y gestiona sus actividades diarias y puede menoscabar notablemente la calidad de vida.
Las personas que la padecen suelen alegar falta de energía vital, dificultades para mantener relaciones sanas y sensación de desconexión con el mundo. Tareas tan sencillas como levantarse, preparar la comida o acudir al trabajo pueden convertirse en un reto abrumador. No es un estado temporal de tristeza y decaimiento, sino un estado persistente de malestar emocional que, de no abordarse adecuadamente, puede prolongarse durante semanas, meses o incluso años.
Síntomas principales
- Emocionales: sensación de vacío, desesperanza, tristeza profunda o irritabilidad.
- Cognitivos: dificultad para concentrarse, tomar decisiones o recordar detalles.
- Físicos: fatiga constante, cambios en el apetito o peso, problemas de sueño (insomnio o dormir en exceso) y dolores corporales sin causa médica aparente.
- Comportamentales: aislamiento social, pérdida de interés por actividades con antes producían disfrute y disminución de la productividad.
- Otros: pensamientos recurrentes de muerte o, en casos graves, de suicidio.
Factores desencadenantes
- Biológicos: desequilibrio en los neurotransmisores del cerebro, predisposición genética o condiciones médicas subyacentes.
- Psicológicos: baja autoestima, experiencias traumáticas o patrones de pensamiento negativos.
- Sociales: pérdida de un ser querido, problemas económicos, relaciones conflictivas o ausencia de redes sociales.
- Ambientales: cambios drásticos en la vida, como mudanzas, jubilación o estrés laboral crónico.
La terapia te ayuda a:
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): identificamos y modificamos pensamientos negativos y conductas que perpetúan la depresión.
- Terapia interpersonal: nos centramos en la mejora de las relaciones personales y en el abordaje de problemas específicos que contribuyen al malestar emocional.
- Psicoterapia psicodinámica: exploramos los conflictos subyacentes y las experiencias pasadas que están influyendo en el estado actual de la persona.
Los casos graves pueden requerir una combinación de terapia psicológica y tratamiento psiquiátrico, con administración de medicamentos antidepresivos para restablecer el equilibrio neuroquímico del cerebro.